¡Muchas gracias por confirmar tu email!

Aquí tienes la charla y las meditaciones del taller

fade-leftfade-rightCharla Mindfulness y Emociones Difíciles

fade-leftfade-rightMeditación sentada

fade-leftfade-rightMeditación para emociones difíciles

Puntos esenciales del taller

¿En qué consiste Mindfulness? +

MINDFULNESS es meditación terapéutica, la meditación aplicada a la psicología.

Y, ¿qué es la meditación?:  Más que parar la mente se trata de aceptar todo lo que va viniendo, todo lo que va pasando, todas las tendencias de nuestra mente.. y solo con eso mágicamente ya hay algo que se transforma.

Es como si nuestra mente fuera un televisor y estamos más pendientes de lo que están dando que del aparato en sí, de esa caja en la que podemos cambiar de canal en cualquier momento. Estamos más pendientes de los contenidos de nuestra mente que de la consciencia que los observa, que lo está acogiendo todo en cualquier momento y que es auto-reguladora de por sí.

Cuando me dejo estar, es como si me bajara del tren de todos esos fenómenos que están secuestrando mi atención y entonces tengo una perspectiva sobre todo lo que está pasando: ahora hay unos pensamientos que me están causando angustia, ahora se está tensando mi cuerpo, ahora tengo una sensación de ansiedad.. en el momento en que podemos tener esa capacidad de observarlo todo, al simplemente decirte: 'mi cuerpo se está tensando', ya hay una parte que se relaja.. y esa es la clave, no pelearse con nada.

¿Por qué nos cuesta tanto parar a observar lo que está ocurriendo? +

El gran filósofo Blaise Pascal ya dijo:

'Todos problemas del hombre se derivan del hecho de no ser capaz de sentarse solo en una habitación'

Los psicólogos han descubierto además las dos cosas que más nos hacen sufrir y que están cableadas en nuestro cerebro:

- Siempre queremos evitar lo desagradable y perseguir lo agradable, así que cuando nos paramos es probable que nos encontremos con cosas dolorosas.
- El auto desprecio (nuestra crítica constante a nosotros mismos)

Nuestro cerebro está programado para evitar lo doloroso y perseguir lo placentero, y cuando
nos encontramos con algo doloroso queremos eliminarlo rápidamente, además de que también tendemos a echarnos la culpa por ello, juzgarnos, tratarnos mal, etc..

Todo esto nos hace sentir terriblemente mal..

Sin embargo:

  • El dolor forma parte de la vida, necesitamos mirarlo y atenderlo, ya que está ahí por y para algo.
  • Autocriticarnos y machacarnos no nos sirve más que para estresarnos más y causarnos más dolor y dificultades (y esto está científicamente comprobado).

Mindfulness nos da muchas técnicas para ayudarnos a abrirnos a la experiencia del momento, aprender a afrontarlo todo, y dejar de ser tan duros con nosotros mismos. Así es como nos auto-regulamos hacia la salud.

¿Puedo estar igual de tranquilo en un atasco de tráfico que ante una preciosa puesta de sol? +

Sí, solo depende de ti.

Casi todo nuestro sufrimiento viene a causa de la interpretación que hace nuestra mente de lo que está ocurriendo en cada momento. De las películas que nos contamos, vamos.

El hecho de que estemos etiquetándolo todo como bueno o malo todo el tiempo determina lo bien o mal que nos sintamos. Así por ejemplo, ante un atasco del tráfico tenemos la opción de ponernos a respirar profundamente y observar las texturas e intensidad de colores de las luces de freno del coche que tenemos delante, observar nuestra respiración y maravillarnos ante el cielo, o bien maldecir ese momento porque no está siendo como queremos que sea. Sólo depende de nosotros.

Además, las neurociencias nos han dicho que nuestra mente divaga todo el rato, creando una cháchara mental la mayoría del tiempo inútil y contraproducente.

Es lo que llaman la red modo por defecto: nuestra mente está vagando casi siempre (casi el 50% del tiempo cuando no hacemos nada y el 30% del tiempo cuando estamos haciendo otras cosas).

De ese tiempo, el 40% del tiempo lo dedicamos a pensar en cosas que no pasarán, el 30% a cosas del pasado y el 22% a cosas sin importancia, según un estudio). Como decía Mark Twain, casi todos vivimos ‘una vida llena de desgracias, la mayoría de las cuales nunca ocurrieron’.

También tenemos una gran tendencia a repetirnos. De los 60.000 pensamientos que tenemos al día, el 95% son los mismos que el día anterior.  Por lo que, por lo general, vivimos atrapados en un bucle sin fin, con el mismo tipo de pensamientos acosándonos una y otra vez.

Cuando nos preocupamos, terminamos por sentirnos ansiosos, estresados, tensos y contraídos, de una manera que afecta a nuestra salud, nuestras relaciones y nuestra vida.

Mindfulness nos permite parar, salir de esa jaula de grillos y volver a sentir el cielo sobre nuestra cabeza y el suelo bajo nuestros pies, lo cual nos hace sentir bien inmediatamente. Así que para, respira hondo, mira lo que hay a tu alrededor y conecta con tus sentidos en cualquier momento. Por ejemplo, ahora.

¿Qué diferencia hay entre sentir algo doloroso y dejarnos llevar por eso? +

¿Y si no podemos salir de nuestras emociones dolorosas?, ¿qué diferencia hay entre tratarlas con mindfulness o dejarnos llevar por ellas?

Una emoción tarda solo un minuto y medio en pasar por nuestro circuito neuronal y desaparecer. Un pensamiento en cambio puede alimentar una emoción durante horas, semanas, meses o años..

Podemos recrear nuestra emoción, alimentarla y hacerla crecer con ciertos pensamientos (estoy triste, qué triste es esto, qué mal me va todo, soy un desastre.. ) y así puede durar eternamente..

O bien podemos observar nuestra emoción, permitirla, dejar que se exprese el tiempo que necesite, y también observar nuestros pensamientos y desidentificarnos de la película que nos estamos contando sobre lo que sea que nos ha pasado, cuando el argumento va en nuestra contra.

Cuando empezamos a criticarnos a nosotros mismos o a los demás nos estamos defendiendo para no sentirnos aún peor. En realidad se trata de un mecanismo de defensa que nos impide sentir dolor (el dolor de sentirnos inadecuados, de sentir que no somos suficientemente buenos, que hemos fallado porque hay algo terriblemente mal en nosotros, etc..)

Esta defensa de la autocrítica viene de uno de los 3 sistemas motivacionales que tenemos y que nos mueven a hacer las cosas en la vida:

1. Sistema de amenaza, lucha huida (se activa cuando nos criticamos a nosotros o a otros). Nos provoca estrés y ansiedad y nos hace segregar químicos tóxicos en nuestro organismo: adrenalina y cortisol, entre muchos otros. Algo que si se repite con frecuencia nos puede llevar a graves problemas de salud.

2. Sistema de logro y la recompensa. Es el causante directo de la insatisfacción permanente de la mente o de sentir que nunca tenemos bastante. Ahí se activa el modo lograr cosas y obtener gratificación instantánea. Desde este sistema siempre estamos buscando un placer inmediato, ya sea la aprobación externa o algo que nos dé placer. Cuando se activa segregamos dopamina, una hormona que nos proporciona placer es y tremendamente adictiva.

3. Sistema de la seguridad, la calma y la conexión. Ahí nos sentimos seguros y sentimos que lo que tenemos es suficiente y que en el momento presente está todo bien. Cuando se activa nos sentimos tranquilos, relajados, a gusto y reconfortados. Este sistema sólo puede activarse cuando los otros dos están tranquilos. Nos hace segregar oxitocina, serotonina y otras hormonas que nos proporcionan bienestar y relajación. Se activa cuando meditamos y puede hacernos cambiar totalmente la película que se dispara en nuestra cabeza sobre lo que está ocurriendo. Así, podemos sentirnos seguros pase lo que pase.

Este sistema se activa cuando todo está bien y tranquilo (cuando estamos de vacaciones, estamos disfrutando y todo va bien..). Pero cuando algo pasa, los otros dos toman las riendas, asi que hemos de estar atentos y desidentificarnos de lo que nos empezamos a contar en ese momento, ya que podemos entrar en un bucle de negatividad que en absoluto nos ayuda a solucionar lo que está pasando.

El sistema de la calma y la conexión permite que se regenere nuestro cuerpo físico, regula nuestra actividad mental, permite que se active nuestra empatía, nuestra inteligencia emocional y todos nuestros recursos.

Este sistema no puede activarse si los otros dos están activados, porque son mucho más fuertes, así que hemos de activarlo conscientemente.

¿Qué hacemos con las emociones difíciles cuando son abrumadoras? +

Si las emociones difíciles son muy abrumadoras, haremos prácticas que nos hagan sentir
seguros antes de ponernos a observar esas sensaciones abrumadoras.

Algunas de estas prácticas son poner la atención en nuestros pies, en nuestras manos o en el entorno, anclarnos en algún objeto que tengamos a la vista.. hasta que nos sintamos lo suficientemente seguros y arraigados para empezar a poner la atención en las sensaciones internas: apoyándonos en nuestra respiración, primero observaremos el área de alrededor del dolor, después poco a poco la zona del dolor pero sin perder la perspectiva, nombrando las sensaciones, etc..

Con Mindfulness nos entrenamos a llevar a nuestra mente a donde queremos, en lugar de dejar que sea ella la que nos dirija por defecto.

¿Ante un hábito negativo, hay alguna técnica que me permita dejar de hacerlo? +

Más que una técnica es una práctica: la técnica es observarlo y paulatinamente desidentificarte para poder actuar de manera diferente. Se trata de incoporar una pausa sagrada, es sagrada porque así nos damos un espacio entre lo que nos pasa y cómo reaccionamos.

Nuestro discurso interno es repetitivo, así que esta es una práctica de por vida. No hay fórmulas mágicas. La fórmula es practicar, y cada vez se va volviendo más fácil y automático.

¿Cómo salir del secuestro de la mente negativa? Tratarnos bien +

Puedo estar aquí y observar todo lo que ocurre aceptándolo con amabilidad o contarme historias negativas en mi mente.

Lo que está ocurriendo es:
- Lo que perciben mis 5 sentidos
- La actividad interna de sensaciones y emociones
- Mi actividad mental (pensamientos, recuerdos, imágenes..)
- El mundo relacional (lo que me llega de los otros, ya sea lo que otros están sintiendo como lo que nos hacen sentir)
- La consciencia que observa y que está en el centro de todas nuestras experiencias.

Cuanto más nos centramos en la consciencia que lo contiene todo y no en el contenido, más tranquilos estamos.

Actitudes que desarrollamos con mindfulness para poder traer esta actitud amable y receptiva al momento presente: aceptación, no juicio, paciencia, amabilidad, confianza, curiosidad, mente de principiante, dejar ir, no forzar.

Para salir del secuestro de nuestra mente negativa ( o del cerebro límbico cuando nos empieza a recordar todas nuestras experiencias estresantes y dolorosas!!), podemos activar conscientemente nuestro sistema de la calma y la conexión en nuestro cerebro tratándonos bien a nosotros mismos. Es lo que se dice ser amables con el experimentador, con nosotros, los que estamos sufriendo esa experiencia difícil de ser agobiados por nosotros mismos.

Lo hacemos mediante:
- Meditación (respirar, observar, acoger y aceptar lo que hay)
- Lenguaje amable con uno mismo
- Tono cariñoso
- Tacto afectuoso

Todo esto nos conecta con experiencias infantiles muy tempranas, en las que de bebés los mimos y el cuidado de nuestra madre nos hacía sentir seguros y confiados. Ahora mamá ya no está pero podemos activarlo nosotros en nuestro cerebro en cualquier momento sin necesidad de depender de nada externo.

¿Por qué mindfulness se enseña en programas de 8 semanas? +

Mindfulness se enseña en programas de 8 semanas porque se ha estudiado científicamente que los cambios que produce en el cerebro son mucho más pronunciados cuando dedicamos todo ese tiempo (sesiones de 3 horas semanales, más prácticas durante cada semana) a cultivar nuestra atención y entrenar nuestra mente.

Semana a semana vamos entrenando nuestras habilidades para llevar a nuestra mente desordenada y dispersa a prestar atención a otras cosas que no sea la preocupación y el juicio constante, hábitos que están muy arraigados en nosotros y que al principio cuesta cambiar.

Conducimos a nuestra mente al momento presente para entrenarnos en la ecuanimidad y la confianza ante cualquier circunstancia. Así creamos un nuevo modo de ser que nos permite auto-regularnos y no generar tanto estrés, preocupación y negatividad, estados tóxicos para nuestra salud e innecesarios y que, además, nos apartan del gozo de vivir.