Frente a situaciones difíciles, embarazosas o humillantes, se necesita mucho coraje para ser amable con uno mismo. Esta fue la revelación de un estudiante y practicante de mindfulness. Pema Chodron, la reconocida monja budista autora de ‘Cuando todo se derrumba’, le señaló que practicar meditación puede de hecho aumentar nuestra auto-denigración habitual.
Esto ocurre porque, en el proceso de estabilizar la mente, nos volvemos más conscientes de rasgos que no nos gustan de nosotros mismos, como por ejemplo crueldad, cinismo o egoísmo. Entonces, necesitamos mirar más profundamente, tener más claridad. Por ejemplo, cuando examinamos nuestras adicciones, necesitamos poder ver la tristeza que hay tras el hecho de tomarse otra copa, o la soledad tras fumarse otro porro o ir de compras.
Esto nos lleva a cultivar una amistad incondicional con nosotros mismos, una de las cualidades del despertar, según Pema. Lo cual consiste en tratarnos a nosotros mismos como a un verdadero amigo. ‘Cuando tienes un amigo de verdad, sigues con él año tras año. Sin embargo, no pones tu amistad en un pedestal y piensas que es perfecta. Ambos os habéis peleado, les has visto ser quisquillosos o incluso mezquinos, y ellos te han visto también en diferentes estados mentales. Sin embargo, seguís siendo amigos y hay algo en el hecho de conoceros tan bien y seguir unidos, que refuerza la amistad. Vuestra amistad se basa en conoceros plenamente y aun así seguir quieriéndoos’.
La amistad incondicional contigo mismo tiene el mismo sabor que el de las amistades profundas que mantienes con otros. Te conoces, pero eres amable contigo. Te quieres, incluso cuando piensas que la has fastidiado otra vez. De hecho, según Pema, solo a través de la amistad incondicional contigo mismo, tus temas pueden empezar a ceder. Reprimir tus tendencias, avergonzarte a ti mismo, llamarte ‘malo’, nunca te ayudará a transformarte.
Es importante tener en cuenta que la transformación de la que habla esta monja budista no es pasar de ser una ‘mala’ persona a una ‘buena’. Es un proceso de volverte más inteligente sobre lo que hiere y lo que ayuda; lo que desintensifica el sufrimiento y lo que lo intensifica; lo que aumenta la felicidad y lo que la oscurece. Se trata de quererte tanto que ya no quieres hacerte sufrir más.
Cuando, durante un retiro, una mujer le preguntó a Pema qué podía hacer porque el camino espiritual no la estaba ayudando, ella contestó: -Tienes una práctica regular de meditación? –Si, respondió la mujer. –Y cómo la sientes estos días? – Apresurada. Tengo un hijo con discapacidad y la meditación ha de encajar en el horario, no puedo simplemente decidir sentarme a meditar. –Ok –dijo Pema. Así que así es como es ahora mismo, apresurada, incómoda.. Las cosas tal como son.
Y su consejo fue, de nuevo, aplicarse amistad incondicional: no rechaces lo que ves en ti misma, en lugar de eso, abrázalo. Permitiéndote sentirte apresurada, desconectada de tu naturaleza, furibunda, no compasiva en absoluto. Reconociendo y aceptando cada sentimiento exactamente tal como es y tratándote con cariño y con respeto en mitad de todo ello.
Traducción/adaptación del artículo del Shambala Sun de Andrea Miller (a través de palousemindfulness.com), por Belén Giner