¿Sabes cuáles son las dos mayores causas de nuestro sufrimiento?
La primera es querer evitar las experiencias difíciles o dolorosas.
La segunda: el auto-rechazo, sentir que no somos suficientemente buenos.
Mindfulness nos permite abordar las causas de nuestro sufrimiento con una actitud receptiva y ecuánime.
Evitando las experiencias difíciles
Cada vez que estamos a punto de sentir algo doloroso (ya sea tristeza, enfado, dolor físico o decirle algo desagradable a alguien que nos importa..), tenemos la tendencia de cerrarnos a la experiencia, de querer mirar para otro lado.
Intentar ignorar, apartar o suprimir emociones dolorosas es un mecanismo que nos ayuda a sobrevivir, pero también nos causa mucho sufrimiento (angustia, depresión, ansiedad, desconexión, parálisis..). El problema no son las emociones difíciles, sino que evitarlas nos hace dejar de vivir experiencias que podrían aportar riqueza y sentido a nuestras vidas, volviéndonos así pequeños y limitados.
Algunas de las cosas que evitamos son:
–Las relaciones íntimas, por el miedo a herir o ser heridos.
–No expresar nuestros sentimientos auténticos, lo que nos impide generar relaciones de intimidad y confianza.
–No hacer cosas o ir a lugares por evitar sentir ansiedad
–Evitar todo tipo de actividades por miedo: a agravar un dolor físico, al rechazo, etc..
Intentar eliminar los sentimientos dolorosos aplana además nuestra vida emocional, llevándonos a sentirnos faltos de vida en general, perdidos o sin sentido. Querer desconectar una parte de nuestra vida emocional hace que toda ella se cierre. Así, al no querer sentir miedo, tristeza, enfado o cualquier otra emoción dolorosa, perdemos también la alegría, la curiosidad o el interés, lo que nos conduce a la depresión.
Todas estas actitudes evitativas potencian además la creencia de que algo anda mal en nosotros, que somos deficientes y no somos dignos de ser amados, lo cual genera todavía más sentimiento de soledad, tristeza y ansiedad, en un ciclo de malestar sin fin.
Este mecanismo es tan automático que a menudo no nos damos cuenta de que lo estamos haciendo, y sin embargo, evitar sentir emociones perturbadoras nos puede llevar a hundirnos en la depresión, dejarnos atrapados en fobias o ansiedades y limitar nuestra vida muy seriamente.
De hecho, cuando nos sentimos aburridos, inquietos o incómodos, en lugar de reaccionar automáticamente para intentar resolverlo, podemos simplemente preguntarnos, ¿qué estoy evitando?
La práctica de mindfulness nos ayuda a ponernos en contacto con la totalidad del momento presente, con lo que es real y necesita nuestra atención en este momento, sin excluir nada. También nos proporciona un espacio seguro en el que apoyarnos y sostener cualquier experiencia, por abrumadora que sea, aprendiendo una nueva forma de relacionarnos con ella. Esto nos ayuda a reducir el miedo, integrar nuestras partes rechazadas y poder vivir más tranquilos.
El auto-rechazo
La segunda mayor causa de nuestro sufrimiento es la creencia de que no somos buenos. Casi todos vivimos con esta creencia subconsciente profunda de que hay algo malo en nosotros. Ésta se grabó cuando éramos bien niños, por las exigencias de un entorno que nos decía cómo teníamos que ser: más amable, más extrovertido, más valiente, más callado.. vestir de cierta manera, hablar de cierta manera, actuar de cierta manera..
Esto creó un profundo sentimiento de que, tal como éramos, no estábamos bien, creencia que se afianzó con el tiempo en una sociedad con unos límites marcados de lo que es aceptable. Hoy en día, para intentar compensar esto, usamos todo tipo de estrategias para que nos quieran, para sentirnos bien con nosotros y, de nuevo, para evitar volver a sentir el dolor de que hay algo malo intrínseco. Y lo hacemos, bien luchando contra este sentimiento, bien negándolo, o intentando continuamente mejorar y complacer a los demás.. intentando ser perfectos y alejándonos de nuestro yo real.
‘Estar en armonía con la unidad de las cosas es vivir sin ansiedad sobre la imperfección’ -Dogen, maestro zen
El sentimiento de ser deficientes se encuentra en el centro de nuestras experiencias más dolorosas y paralizantes: es la raíz del miedo al rechazo; a nuestra capacidad de intimar; el obstáculo principal a nuestra creatividad; la raíz de nuestras adicciones..
De nuevo, mindfulness nos ayuda a observar cómo se crean los pensamientos en la mente, su insustancialidad y el hecho objetivo de que no son reales, no contienen la verdad y son, como el resto de nuestras experiencias, continuamente cambiantes. Esto nos ayuda a desidentificarnos de ellos.
‘Este ser humano es una casa de huéspedes. Cada mañana una nueva llegada.
Una alegría, una depresión, una mezquindad, una consciencia momentánea aparece como una visita inesperada.
Dales la bienvenida y entreténlos a todos! Incluso si son una multitud de penas que violentamente barren tu casa y la vacían de muebles, aún así, trata a cada huésped honorablemente.
Puede estar haciendo espacio para alguna nueva delicia.
El pensamiento oscuro, la vergüenza, la malicia, encuéntrate con todos en la puerta riendo, e invítalos a entrar.
Sé agradecido por lo que sea que venga, porque cada uno de ellos ha sido enviado como un guía del más allá. Rumi