Cómo abordar la rabia y la frustración con Mindfulness

En la vida todos pasamos por experiencias agradables y desagradables, situaciones placenteras y dolorosas, momentos de rabia y frustración. Aprender a vivir con ello es un arte necesario para recuperar la armonía y la tranquilidad que necesitamos.

niño enfadado rabia

En el fluir de la vida, con sus altos y bajos, cada experiencia tiene su momento, su por qué y su aprendizaje, aunque a primera vista nos cueste verlo.

La vida en ese sentido no es lo ‘perfecta’ que nos gustaría, si por perfecta entendemos sin dolor emocional, y sí un continuo fluir de experiencias distintas que transitar, las cuales podemos afrontar, o bien con aceptación, o con lucha y rechazo. Elegir una de estas dos actitudes hace que, o bien perpetuemos el dolor (en caso del rechazo), o podamos navegar por el río de la vida con calma y naturalidad, abiertos al aprendizaje (en caso de la aceptación).

‘Yo solía tener rabia por todo: por levantarme, por tener que mear, por tener que meditar, por tener que cocinar, por tener que vestirme.. era rabia antigua’, nos cuenta el monje zen Edward Brown en la excelente película ‘Cómo cocinar tu vida’.

‘En zen dicen: cuando tienes un trozo de mierda pegada a la nariz, allá adónde vas todo apesta: esta cocina apesta, esta gente apesta, este trabajo apesta.. y simplemente te dicen: lávate la cara’.

Para la terapia gestalt esto significa: deja de culpar al entorno, responsabilízate de lo que sientes. Cambia tu percepción, pon el foco hacia adentro, explora cómo se expresa la rabia a través de ti, permítete sentirla y después déjala ir.

De esa expresión natural de cualquier emoción, confiando en lo que estamos sintiendo, surge más claridad para abordar cada situación. Incluso si eso supone tener que aceptar que ciertas circunstancias simplemente están fuera de nuestro control y no podemos cambiarlas, y solo nos queda aprender a vivir con la frustración que nos generan.

Muchas veces, la rabia que sentimos no es solo la de la situación presente, sino una rabia acumulada de experiencias del pasado en las que no se nos permitió sentirla o expresarla, con lo que vamos cargando resentimientos.

En otros casos nos resulta difícil aceptar la frustración, porque no estamos acostumbrados a no poder cambiar las cosas, lo que nos lleva a luchar con la situación que sea para intentar cambiarla. En ese caso, podríamos diferenciar lo que sí podemos cambiar o influir de lo que no. Hacer lo máximo que podamos en caso de poder influir y después, simplemente, dejarlo ir.

Lo que normalmente hacemos cuando la rabia o la frustración están en su momento álgido es culpar a los demás o a las circunstancias, juzgando y criticando al exterior por habernos provocado estos sentimientos, lo cual solo hace que la situación empeore, aumentando el malestar y la sensación de impotencia y rabia, en un bucle sin fin.

Lo doloroso no es sentir rabia o frustración cualquier otra emoción difícil, lo doloroso es pelearnos con ella o alimentar la experiencia que estamos viviendo, bien negándola y reprimiéndola, bien regocijándonos en ella y perpetuándola o bien descargándola contra los demás.

En el caso de negar nuestras emociones difíciles, esto invariablemente nos lleva a vivir separados de nuestro corazón. El problema no es que las cosas no sean como queremos, sino que a causa de esto nos separamos de lo que sentimos, protegiéndonos y distanciándonos de nosotros mismos, generando más sufrimiento.

 

RECONOCER, SENTIR, EXPRESAR Y DEJAR IR

La rabia, como cualquier otra emoción, no es mala de por sí, implica intensidad, determinación, pasión, fuerza para poner límites y tomar decisiones, una energía que podemos usar en la vida a nuestro favor; lo que si puede ser negativo es la gestión que hacemos de ella. Tan importante como expresarla de manera consciente es aprender a dejarla ir.

Saber convivir con ella, sin volcarla contra los demás ni tragárnosla para nosotros, implica un ejercicio de responsabilidad, de aceptación, de apertura, de comprensión, de permitirnos sentirla y después dejarla ir, que es lo contrario de acorazarnos y/o culpar a los demás, lo que perpetúa el dolor y nos aleja de nosotros mismos.

Una práctica de mindfulness y autocompasión que puede ayudarnos a transitar cualquier emoción difícil (tristeza, impotencia, rabia, frustración), permitiéndonos abrirnos a lo que hay y soltar, conectando con la vulnerabilidad que hay debajo, es ésta:

  1. Contacta con tu respiración, percibe lo que estás sintiendo en tu cuerpo y dale espacio, permitiéndote sentirlo. Exprésalo de la manera que consideres, sin dañarte a ti mismo ni a los demás.
  2. Pon tus manos en el lugar donde sientas la emoción, o en tu corazón.
  3. Reconoce y afirma internamente: ‘este es un momento de sufrimiento, es difícil estar sintiendo esto’.
  4. Desapégate de los pensamientos que normalmente aparecen, justificando o alimentando la emoción, simplemente observándolos.
  5. Reconoce y afirma: ‘Mucha gente está pasando por esto ahora, no estoy solo, es normal sentir lo que siento’.
  6. Afirma: ‘Que yo sea capaz de ofrecerme la compasión que necesito. Que pueda ser amable, cariñoso y respetuoso conmigo en estos momentos difíciles. Que pueda darme lo que necesito’.  Puedes decirte estas frases internamente y/o permitir que vengan otras que te ofrezcan apoyo en esta situación.

Cómo tratamos cualquier cosa es cómo nos tratamos a nosotros mismos. Al tomar responsabilidad por lo que sentimos, respetamos nuestros sentimientos, respetándonos a nosotros mismos. Esa es la mejor forma de cuidarnos a nosotros y a nuestro entorno, aprendiendo a gestionar nuestro mundo emocional y autorregularnos.

Solo si nos nutrimos y damos lo que necesitamos en cada experiencia, momento a momento, podemos nutrir a los demás, encontrando en todo la cualidad de útil y precioso, de lo que surge la voluntad de cuidar y proteger nuestra humanidad, de honrar y respetarlo todo, empezando por uno mismo.

Por Belén Giner

Artículos relacionados:

Meditación: entablando amistad con cualquier problema

 

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas su uso según nuestra política de cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies